Bienvenido 2018

 

Este año inicia en con la expectativa de grandes obras de infraestructura y grandes cambios en la política del país.

Hay elecciones presidenciales y gane quien gane, es seguro que tendrán que modificarse muchas formas de administrar los recursos públicos.

El principal problema que enfrenta este país además de la grave inseguridad que no permite a la iniciativa privada dar el siguiente paso, es la corrupción que de la misma manera tiene detenidos grandes proyectos.

Y es que no es posible avanzar en medio de todo este esquema anquilosado y podrido.

México a pesar de su grandeza ocupa uno de los sitios preponderantes entre los países más corruptos del mundo y los más inseguros.

Teniendo tanta riqueza natural, tantos hombres entre los más ricos del universo y tantas manos y cerebros para estar entre los primeros cinco del mundo, no lo estamos.

Del caso Odebrecht por ejemplo, México es el único país de los involucrados, donde no hay ejecutivos ni funcionarios de gobierno presos por ese escandalazo de corrupción. En todos los demás países ya revocaron hasta mandatos presidenciales.

Apenas y bajo el nuevo esquema de la reforma energética se han reactivado inversiones en proyectos de hidrocarburos, pero muchos años, PEMEX sólo sirvió para enriquecer a sus directivos y al sindicato, algo que ya era insoportable en una economía globalizada como la que vivimos.

Las presiones para que México se democratizara y al menos en la percepción pública no fuera como un reino de los sátrapas africanos, crecieron tanto que las inversiones llegaron a condicionarse si no se garantizaba el estado de derecho.

Hoy con un avanzado siglo 21 y cuando en la mayoría de los países del G20 y las organizaciones a las que pertenecemos han revolucionado sus gobiernos y cedido en alternancia a ideologías de izquierda y derecha, México tiene que abrirse y dejar de pensar en que llegar a gobernar en todos los niveles es un botín que reclama el vencedor.

Después de la Segunda Guerra mundial, los países que quedaron arrasados ya son potencias y han dado muestras de crecimiento sostenible.

China que se había encerrado y se asfixiaba a sí misma, hoy es el país con mayor crecimiento sostenible.

Todas estas razones juntas y separadas, obligan a pensar con altura de miras y buscar un horizonte de crecimiento en la República.

Veremos que propuestas plantean los que aspiran a gobernar esta país para decidir en consecuencia.

Ya es hora de expulsar de la economía nacional también a muchos seudo empresarios pillos, que solamente saquean las arcas públicas porque son amigos y compadres de los que gobiernan y porque comparten el presupuesto público con enormes embutes, seguramente ud. amable lector conoce a más de uno de esos, y no producen nada de beneficio.

Que 2018 sea bienvenido con la chispa de encender mejores cosas en nuestro país y nuestra vida.

Felicidades.