Un diagnóstico de la firma SGS sobre la certificación de las empresas en México revela que su promedio de vida en el país es de 3 años por no someterse a procesos

Raúl Curiel
Guadalajara, Jal., MX

 

En México hay un universo de poco más de cinco millones de empresas, de las cuales sólo el 0.2% son grandes; este reducido grupo se somete a procesos de medición de calidad y certificaciones. Después hay otro grupo, también reducido y que representa sólo el 0.3%; éstas son las medianas empresas, y no todas se someten a certificación.

El 4.5% de las empresas en el país son pequeñas; éstas tampoco invierten en procesos ni certificaciones. Y por último están las microempresas, que representan el 95% del total del mercado, y más que pensar en someterse a procesos se mantienen esperanzadas en sobrevivir.

Para la firma de certificación de empresas SGS, que en México capitanea Hermann Saenger, el empresario mexicano tiende a reaccionar y actuar por intuición debido a lo complejo que es el mercado mexicano, y en gran medida por la situación económica del país, pues esto los obliga a evolucionar para sortear los obstáculos y adaptarse a los estándares de calidad, y ésa es una gran cualidad.

Empresarios mexicanos, aislados

“El empresario mexicano tiene que reconocer que ya no estamos aislados, que ya formamos parte de un sistema mundial en el que se tiene que adecuar a las reglas del juego global, y el que no lo haga seguirá perdiendo competitividad y oportunidad de desarrollo y expansión”, advierte el directivo.

Las empresas mexicanas, al ser comparadas con métricas de calidad en los procesos que se implementan en el nivel global, reflejan una gran ausencia de procesos. De esta manera, el nicho de oportunidad del mercado mexicano radica en una adaptabilidad a los procesos de estándares internacionales y en una mejor reacción a los cambios inmediatos que requieren las empresas contemporáneas.

Esta firma de certificación percibe en el país muchas empresas “oportunistas” que hoy se dedican a un giro y después se ven obligadas a cambiar el negocio por no saberse adaptar a los procesos internacionales. Y al abandonar sus giros de inicio, dejan a un lado lo aprendido y comienzan de cero en otros sectores aguerridos; ésa es una condición del empresariado mexicano.

Estos empresarios perdieron lo que han creado en el camino por el oportunismo y sólo adquieren pequeñas ventajas coyunturales, pero no les alcanza para mantenerse en el largo plazo.

El promedio de vida de las empresas en México

Debido al oportunismo, la permanencia de las empresas en México es muy corta. Para la firma internacional SGS, en nuestro país el promedio está en 3 años.  Y es que hay un abismo entre los procesos de certificación y las microempresas mexicanas, en gran medida por la inercia de la economía en la que estamos inmersos y muchas veces no pueden dar ese salto por la misma situación en la que están.

Una parte importante para la competitividad es tener la calidad. En 2005 México ocupaba el sitio 56 en materia de certificación de empresas. Para el año 2012 mejoró y brincó al peldaño 35, y aunque el año pasado reflejó una mejoría se sigue manteniendo en el mismo nivel.

De acuerdo con SGS, en México las empresas certificadas en ISO crecieron 4%; guardando las proporciones, fue un mejor resultado frente al arrojado por el mercado estadounidense, que reportó sólo un repunte del 1%. Esto podría vislumbrar un panorama positivo en la implementación de procesos en México.

Por lo pronto los expertos afirman que México sigue avanzando en materia de certificación de empresas, al grado de estar al mismo nivel de España, arriba de Brasil, pero detrás de Chile y Corea. “Una tendencia que vemos es que el empresario ya se está dando cuenta de que tiene que migrar a esta profesionalización de sus empresas”, reconoce el directivo de SGS en México.

Oportunidades en manufactura y turismo

La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca representa un doble esfuerzo para sensibilizar al empresario mexicano de someterse a procesos de mejora continua. De las empresas que se han certificado en el país el 42% está en la manufactura y el 45% está en los servicios.

De esta manera, hay una gran oportunidad en las empresas exportadoras del país que ven beneficios por estar certificadas y respaldadas con estándares internacionales para poder llegar a los mercados del mundo.

Otro robusto segmento de oportunidad para certificar empresas está en la parte de servicios. El sector turismo es un ejemplo claro de cómo la certificación permite grandes beneficios y desarrollo, pues ya no sólo se certifica en la calidad de la industria, sino también en los servicios que ofrecen en todos los ámbitos.

Un estudio de la OCDE sobre políticas de turismo en México afirma que este sector desempeña un papel fundamental en la economía de nuestro país. En 2015 más de 32 millones de turistas internacionales lo visitaron; gastaron más de 15 mil millones de dólares en este sector. En años recientes, el aumento de los flujos financieros y de personas hacia este sector ha estado por encima de muchas otras economías avanzadas y emergentes.

  • México ocupa el lugar número 9 en el ranking de turismo internacional de 2015.
  • El turismo en México representa el 8.5% del PIB.
  • El PIB de turismo en México duplica el promedio de la OCDE, que es del 4.1%.
  • El turismo en México ha generado alrededor de 2.3 millones de empleos (cerca del 5.8% del empleo formal).

Así, el sector turístico, como uno de los principales motores generadores de empleo e ingresos económicos a escala mundial, ha venido sometiéndose a la competencia de su mercado, basándose principalmente en la guerra de precios; así que es imprescindible mantener la relación de precio y calidad si se quiere vivir de este sector en el futuro.