La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) decidió hacer de Puebla el nuevo centro de su producción de armamento y vehículos, actualmente se localizan en el Campo Militar 1-T de donde se reubicarán

Puebla, PUE; mx
Por Gabriel Chávez

 

Anunciada desde finales de 2017, tras la firma de convenio de donación de un predio de 600 hectáreas en el municipio de Oriental, denominado La Célula, la Industria Militar también atraerá la construcción de unidades habitacionales e infraestructura alterna para los efectivos que laboren ahí.

A la fecha se ha dado a conocer que movilizar el complejo industrial del Ejército Mexicano del Campo Militar 1-T, ubicado en la zona de Santa Fe, en la Ciudad de México, le significará un costo aproximado de 20 mil millones de pesos.

En una primera etapa se estima una inversión de mil 600 millones de pesos para construir la infraestructura inicial que permita el óptimo desarrollo de las diversas etapas del proyecto.

INSTALAN 16 FÁBRICAS DE ARMAS Y VEHÍCULOS

No se trata de un asunto menor, la Industria Militar implica la instalación de 16 fábricas –en las que se elaborarán granadas, proyectiles, morteros, cartuchos, punzones, matrices, pintura y plásticos, además de ensamble de vehículos- y la reubicación de cerca de cuatro mil empleos permanentes.

También se construirá un Centro de Tecnología en Sistemas Virtuales para adiestramiento.

Según se ha hecho público, la inversión total en este municipio por parte de la Sedena será cercana a los nueve mil millones de pesos.

Durante la construcción del complejo, además, se generarán poco más de cinco mil  empleos, lo cual reactivará la economía de la región, que presenta marcados niveles de pobreza.

Una vez instalado y operando el complejo castrense generará 12 mil empleos indirectos, así como la creación de nuevos negocios para satisfacer la demanda de productos y servicios, según estimaciones oficiales. De la misma manera se espera la llegada de otras empresas proveedoras para la industria.

El proyecto también cuenta con una vertiente de seguridad pública, ya que el aumento de la presencia militar en la zona inhibirá el crimen.

Funcionarios del gabinete estatal han dado a conocer que en el segundo semestre de este año arrancarán las operaciones, una vez que los trabajos iniciaron de acuerdo al calendario, con la urbanización, así como construcción de la nave ensambladora militar, almacén de polvorines y barda perimetral.

INVERSIÓN COMO AUDI Y VW

La inversión que realizará la Sedena es equiparable con la de la instalación de la planta armadora de Audi en 2005 y la de Volkswagen en 1964, así como los beneficios económicos que dejará en la región en los próximos años.

Según se dio a conocer en su momento Audi invirtió 1.3 mil millones de dólares

para construir sus naves y generó tres mil 300 empleos directos a su apertura, aunque la meta final es llegar a cuatro mil 200.

La planta que fabrica el modelo Q5 tomó cerca de cuatro años en su construcción y desarrollo, en tanto que la Industria Militar menos de un año para iniciar operaciones, de acuerdo con los calendarios dados a conocer.En tanto Volkswagen mantiene crecimiento e inversiones en la entidad, para la fabricación de Jetta A7 se realizó una inversión de 658 millones de dólares, lo cual representará un aumento de 240 por ciento en la Inversión Extranjera Directa.

Además, se estima que Audi realizará más inversiones en San José Chiapa para satisfacer la demanda internacional.

Con la conclusión de estos proyectos se conforma en Puebla un gran corredor industrial que inicia con la planta de Volkswagen en los municipios de Coronango y Cuautlancingo, el Parque FINSA, CEMEX, Audi, en Chiapa, y ahora la Industria Militar, en Oriental.

El campo militar 1-t

De acuerdo con una investigación del diario Reforma, para la Sedena, la venta de su predio de más de 125.5 hectáreas les dejará amplios dividendos debido a que serán destinadas al rubro comercial, en construcción de conjuntos residenciales y comerciales.

Para poder concretar esa transacción es necesario que se realice el cambio de tipo de uso de suelo, lo cual ha generado cierta inconformidad entre los vecinos del lugar una vez que estiman el agua escaseará ante la demanda de los nuevos espacios.

De acuerdo con el rotativo, la información sobre venta del terreno, así como la mudaza de la Industria Militar a La Célula tiene estatus de reservada para que “no sea objeto de observaciones y solicitudes de información por parte de la población”.

El titular de la Sedena, Salvador Cienfuegos, pidió a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público registrar el proyecto que se denomina “Transformación y Modernización de la Industria e Infraestructura Militar”, al cual se le estableció el techo presupuestal de 20 mil millones de pesos.

LA CÉLULA, EN POLÉMICA

Adquirido por el gobierno de Mario Marín, el predio de la Célula fue anunciado en 2005 como el proyecto de desarrollo industrial más importante para el estado, recibió el nombre de Nodo Logístico Intermodal, sin embargo, nunca atrajo la atención de los empresarios.

En 2007 arrancó la primera etapa de este, también denominado puerto seco, con la construcción de vialidades internas, el edificio de la aduana y el mejoramiento de  caminos de acceso.

En su momento fue anunciada una inversión de 180 millones de pesos que se convirtieron en 450 millones, sin que eso lograra atraer inversionistas.

Ese mismo año se constituyó el Fideicomiso público denominado La Célula.

Pese a que de 2009 a 2015 se promocionó este parque industrial, ninguna empresa se interesó en instalarse, por lo que en 2016 se decretó la extinción del Fideicomiso, lo cual a su vez  permitió la firma de convenio con la Sedena para la reubicación de la industria.

La “adquisición” de los terrenos por parte de la administración marinista estuvo envuelta en una serie de irregularidades y denuncias por parte de los ejidatarios, quienes recibieron pagos menores a los cinco mil pesos, por la parte proporcional que correspondía a la venta de las 600 hectáreas.

Los pagos por metro cuadrado, según documentaron medios de comunicación en aquella época, fueron de uno a cinco pesos, con el compromiso de que se generaría empleos, obras alternas y mejoras a las comunidades, los cuales nunca llegaron.