Por Jesús Bravo

Los últimos tres expresidentes, Barack Obama (demócrata), George W. Bush (republicano) y Bill Clinton (demócrata), se han ofrecido como voluntarios para ponerse la vacuna contra el coronavirus públicamente para promover la confianza, seguridad y efectividad de la misma, una vez que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) la autorice.

Está acción de los exmandatarios sería parte de una campaña de concientización, en complemento a los esfuerzos de las autoridades estadounidenses, para convencer al público de que se vacune, pues existe difusión de información falsa y mensajes contra de la vacunación, especialmente en pequeños grupos en redes sociales, que podría estar generando desconfianza en su uso.

Obama, de 59 años, dijo en una entrevista que tiene «total confianza» en las autoridades sanitarias del país, incluido el inmunólogo Anthony Fauci, una figura científica muy respetada en Estados Unidos. “Si Anthony Fauci me dice que esta vacuna es segura y que puede inmunizar a uno para que no contraiga COVID, absolutamente la tomaré”, expresó.

Asimismo, el asistente del expresidente George Bush, Freddy Ford, señaló “hace unas semanas, el presidente Bush me pidió que le hiciera saber al Dr. Fauci y al Dr. Birx que, cuando sea el momento adecuado, él quiere hacer lo que pueda para ayudar a alentar a sus conciudadanos a vacunarse”

Por su parte, el portavoz de Bill Clinton, Ángel Ureña, aseguró que “el presidente Clinton definitivamente tomará una vacuna tan pronto como esté disponible para él, según las prioridades determinadas por los funcionarios de salud pública. Y lo hará en un entorno público si eso ayuda a instar a todos los estadounidenses a hacer lo mismo”.