Gustavo Díaz Blanco, propietario de la Palapa El Costeño, rechazó que sólo llegaran paseantes de «jícama y horchata», como les llaman coloquialmente, pues tan solo en la primera semana de asueto las ventas repuntaron 95 por ciento y en la segunda casi 80 por ciento.

A su parecer la afluencia de vacacionistas superó las expectativas previstas, pues se venía de una cuarta ola de covid pero finalmente los resultados fueron positivos para el sector, sobre todo luego de dos años de escasas ventas.

Cabe recordar que al inicio de la pandemia las playas fueron cerradas, posteriormente la movilidad cayó, aunado a las complicaciones económicas por el desempleo.

En el caso de las palapas ubicadas a pie de playa las mayores ventas se registraron el fin de semana pasado.

«Nos ayudó el excelente clima que prevaleció en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río. Además de que los contagios se mantienen a la baja y la mayoría de la población se encuentra ya vacunada contra el coronavirus. Los protocolos sanitarios al interior de las palapas se siguen manteniendo y los turistas también están siendo accesibles a las reglas sanitarias».

La mayor cantidad de personas que arribaron a Veracruz fueron de estados del centro del país como generalmente ocurre, esto es: Ciudad de México, Puebla, Tlaxcala, Toluca, Estado de México. Pero también de Monterrey, Chiapas, Oaxaca y Tabasco.

«Esperamos que los turistas que vengan de ahora en adelante consuman más, como ocurrió en estas vacaciones».

Se espera que a partir del domingo comience el éxodo de paseantes, luego de dos semanas vacacionales que permitieron generación de derrama económica en la zona conurbada Veracruz– Boca del Río.