A partir de este martes quedó formalmente legalizado el matrimonio entre dos personas del mismo sexo y ahora, sin necesidad de un amparo ni de un trámite especial, los oficiales mayores de los registros civiles de los municipios tienen la obligación de aceptar las solicitudes de las parejas que deseen contraer nupcias.

La reforma al artículo 75 del Código Civil establece que “el matrimonio es la unión de dos personas a través de un contrato civil que, en ejercicio de su voluntad, deciden compartir un proyecto de vida conjunto, a partir de una relación afectiva con ánimo de permanencia, cooperación y apoyo mutuo y sin impedimento legal alguno”.

Y en el artículo 77 se especifica que “cualquier condición contraria a los fines esenciales de apoyo, cooperación, respeto, convivencia, igualdad y asistencia mutua que se deben los cónyuges, se tendrá por no puesta”.